Una inversión, cinco percepciones
Cuando hemos dedicado muchas horas a analizar una empresa es habitual sentirse satisfecho por el trabajo realizado. Pensamos que ya sabemos cómo está generando o tiene previsto generar los beneficios y habremos hecho nuestros números, tendremos la opinión de algunos clientes, proveedores y competidores de la compañía, contaremos con nuestro DAFO (lista de debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades) y tendremos en la cabeza una idea de lo que esperamos del negocio. Si el resultado es bueno, parece lógico invertir y esperar a que la empresa vaya por el camino previsto.
Puedes leer el artículo completo en la Web de El Confidencial – Cotizalia en el Blog de Juan Gomez Bada Rumbo Inversor