¿Has incorporado la inflación a tus expectativas de rentabilidad?
Últimamente he participado en conversaciones sobre las retribuciones de los equipos directivos tanto de sociedades cotizadas como de no cotizadas. Varias sesiones en las que se han tratado opciones como las rentas irregulares, phantom shares, stock options, earnouts o la dilución de los accionistas.
Fue en una de estas reuniones, típicas supongo de esta época del año, donde un inversor sacó a colación un tema que me parece muy importante:
«No puede ser igual un esquema de incentivos en un escenario sin apenas inflación que en otro con elevada inflación»
En mi opinión, no le faltaba razón. Es cierto que en este contexto ejercía como accionista de la compañía, pero hay que reconocer que también contaba con la experiencia de haber dirigido con éxito una empresa que contaba con este tipo de incentivos a la dirección.
Es evidente que, para no perjudicar a los accionistas debido a que se beneficie más a los directivos de lo que les corresponde por el aumento de la inflación, la valoración de partida debe deflactarse. Sin embargo, este ajuste no se produce en la inmensa mayoría de esquemas retributivos de la dirección, ni en las comisiones sobre resultados de los fondos de inversión.
Esta situación hace que directivos o gestores obtengan un retorno muy elevado que no rmerecen, simplemente porque la inflación revaloriza las empresas o los fondos (por la depreciación del euro frente al resto de activos).
Hay que ser conscientes de que en los mercados de capitales, cuando una parte tiene un conocimiento financiero muy superior a la otra, se da la situación que hablan en una escena de la película El lobo de Wall Street, donde el personaje de Mathew McConaughey le dice a Leonardo DiCaprio que su objetivo es que el dinero del cliente pase a su bolsillo.
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