¿Estás preparado para las caídas?
Cuando la carretera se tuerce o aparecen baches, recordamos que no todo es acelerar. En un coche, elementos como los frenos, el volante y la suspensión son esenciales para un viaje seguro. En las inversiones financieras ocurre algo similar. Siempre debemos estar preparados para cualquier eventualidad, ya que en el camino encontraremos situaciones que requerirán de ciertos elementos básicos de seguridad. La política de inversión debe ser flexible para adaptarse a las circunstancias, permitiéndonos ajustar la velocidad en bajadas, modificar la dirección en curvas y enfrentar baches con una buena suspensión.
Contar con estos elementos es necesario pero no suficiente. Aunque se diseñe una cartera diversificada y balanceada para resistir múltiples escenarios, se necesita un «piloto» que sepa cuándo acelerar, frenar y girar. Este piloto puede ser uno mismo o un gestor. Si es un gestor, debe tener un compromiso sólido con los inversores, invirtiendo su propio patrimonio de manera similar y evitando ventas sin previo aviso.
Muchos gestores manejan fondos con políticas demasiado restringidas y solo invierten en ellos cuando la estrategia parece favorable. Por ejemplo, cuando los tipos de interés eran negativos, casi ningún gestor de renta fija invertía en los productos que gestionaban. Esto plantea preguntas importantes: ¿por qué esos productos no eran adecuados para ellos mismos pero sí para sus clientes? ¿Por qué los gestores cambian sus inversiones personales rápidamente mientras que los inversores deben esperar largos procesos?
En resumen, la flexibilidad en la política de inversión y el compromiso del gestor con los inversores son fundamentales. Combinando estos elementos se aprovechan las ventajas de la flexibilidad, generando buenos resultados a largo plazo. Sin embargo, los beneficios de la flexibilidad y la alineación de intereses no son inmediatos ni espectaculares a corto plazo. La atención suele centrarse en las estrategias más exitosas del año, pero en realidad, la inversión es como un maratón, no como una carrera de 100 metros. Es el maratón lo que realmente importa para el patrimonio de la mayoría de los inversores.
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