¿Estamos celebrando demasiado pronto? La trampa de las rentabilidades actuales
Se ha producido un cambio en las expectativas de los inversores frente a la realidad del mercado: en unos meses hemos pasado de la TINA situation (There is no alternative), a una situación en la que prácticamente todas las alternativas de inversión son atractivas.
Lo cierto es que no hace muchos meses, los inversores conservadores se veían obligados a invertir en activos muy por encima de su nivel de tolerancia al riesgo en una búsqueda desesperada de rentabilidades positivas. No obstante, en 2022, la alta volatiliddad afecto especialmente incapaces de soportar las pérdidas, haciéndoles vender en el peor momento.
Este nuevo año, los inversores han «reiniciado» su memoria colectiva propiciando un cambio de actitud, gracias a la rentabilidad que están dando los bonos. Hoy, muchos inversores se ven tentados a invertir en letras del tesoro, fondos monetarios o fondos con rentabilidad objetivo, bajo la falsa creencia de seguridad y esperando que estos rendimientos sean suficientes sin necesidad de asumir más riesgo.
La complacencia se ve reforzada por la situación de rentabilidad positiva que se está dando esta primera mitad de año. Complacencia que se produce tanto en los inversores individuales como profesionales; es crucial no dejarse llevar a engaño por esta ilusión de rentabilidad. Lo cierto es que a largo plazo se pierde poder adquisitivo.
Aunque las estadisticas del INE puedan tener mayor o menor credibilidad para uno, es innegable que la inflación ha aumentado significativamente. Por lo tanto, si una inversión no ha obtenido una rentabilidad mínima del 15.2% en los últimos 3 años, del 15,1% en 5 años o del 18,6% en 10 años que son las cifras oficiales de inflación del INE, se puede decir sin pestañear que es un resultado claramente insatisfactorio. Puedes consultar cuánto ha aumentado el IPC desde tu última inversión aquí.
Puedes acceder al artículo completo en el blog Ronbo Inversor de El Confidencial