Dual class: ¿Puig busca socios o marionetas?
Puig ha decidido implementar una estrategia de salida a bolsa similar a la de Grifols y Abengoa, lanzando acciones con un 20% de los derechos de voto en comparación con las que retiene la familia. Esta táctica, conocida como «dual class», es popular en EE. UU. entre empresas tecnológicas como Meta o Spotify, aunque genera controversia. La mayoría de inversores profesionales se muestran reticentes, mientras que algunos defienden que favorece la visión a largo plazo de las compañías, permitiendo que los fundadores mantengan el control sin tener la mayoría del capital. Se argumenta que esto protege a las empresas de decisiones cortoplacistas de inversores, evitando casos como el de Steve Jobs en Apple.
Las acciones de doble clase suelen fusionarse con las ordinarias tras un período o desaparecen cuando el fundador se retira, pero a veces se mantienen indefinidamente, aumentando los conflictos de interés. La discusión se centra en si los inversores deben aceptar estas acciones, sugiriendo que cada caso es único. Elon Musk propuso en X aumentar los derechos de voto de sus acciones, condicionado a su permanencia en Tesla. Se consideró apropiado siempre que no se le otorgue control absoluto.
Las empresas tienen la libertad de definir las condiciones de su salida a bolsa, y es responsabilidad de los inversores evaluarlas. Puig optó por esta estructura para mantener el control generacional, a diferencia de Grifols que considera unificar clases de acciones para mejorar su gobernanza. La propuesta de Musk difiere significativamente de la estrategia de Puig, que busca un control político absoluto y permanente. Es vital distinguir entre aquellos que buscan generar valor a largo plazo y los que aspiran a un control perpetuo, lo cual podría afectar negativamente la valoración y la gobernanza corporativa de las empresas involucradas.
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