Las empresas en las que invertimos deben cumplir nuestros tres criterios de inversión. Se realiza un seguimiento continuo de las inversiones para que, en caso de dejar de cumplir las condiciones necesarias, tomemos las decisiones oportunas. Los tres criterios son:

1. Alineación total de intereses entre directivos y accionistas
2. Tener al menos una ventaja competitiva sostenida en el tiempo
3. Que coticen a un precio razonable