Cuando la economía sufre por la política

La semana pasada conocimos que el PIB británico se contrajo un -0,2% en el segundo trimestre de 2019. Es la misma economía que antes del referéndum del Brexit crecía significativamente por encima de lo que lo hacía la Eurozona. La política ha metido al Reino Unido en un callejón del que le va a costar salir.

Guerra de divisas, ácido para los bonos

Una de las cualidades de los ácidos es que tienen la capacidad de disolver gran cantidad de materiales, incluso metales robustos como el hierro o el acero. En el mundo de las inversiones, también hay políticas económicas que atacan principalmente a los activos que se perciben como más seguros.

Ejemplos de valores buenos, bonitos, baratos y pequeños

El artículo de la semana pasada tuvo un comentario generalizado antes y después de publicarlo: “Faltan los ejemplos”. No quise incluirlos de primeras porque creo que habrían eclipsado el mensaje principal. Lo importante era destacar que es fuera de los sectores de moda (con más perspectivas de futuro y crecimiento en la actualidad), de las principales temáticas de inversión macroeconómicas y en especialmente en valores pequeños (menos conocidos y no incluidos en los principales índices) es donde normalmente es más sencillo encontrar valores de calidad a buen precio.

Valores buenos, bonitos, baratos y pequeños

No hace mucho tiempo que las compañías más valiosas en bolsa eran las grandes petroleras. Después, en la época de la burbuja puntocom, el sector con mayor capitalización era el de las “Telecos”. Posteriormente, en los años previos a la crisis de 2008, el mayor peso en los índices bursátiles era para los bancos. Hoy en día son las FAANG (Facebook, Amazon, Apple, Netflix y Google) y sus equivalentes Chinas (Alibaba, Tencent, etc) las compañías que lideran los rankings de capitalización bursátil.

Invertir en deuda pública, un impuesto voluntario

La rentabilidad actual de un bono del Estado español a 5 años es del -0,15%. A ese nivel el que invierta a vencimiento perderá un 0,15% anual, es decir un 0,75% de su dinero en 5 años. Asumiendo que la inflación se sitúa en media en el 1,5% (por debajo del objetivo del BCE), la pérdida total real para el inversor en 5 años alcanzará el 8%.

¿Dónde acaban las buenas ideas en las cotizadas?

Cuando alguien propone una idea en una empresa para mejorar el modelo de negocio, todos miran a otro lado pensando ¿Qué supone para ellos ese posible cambio? ¿mejoran o empeoran? Si mejoran apoyarán el cambio, si empeoran tratarán de “matar” la idea por todos los medios.

¿Inviertes a favor o en contra del Banco Central Europeo?

Hace poco un inversor me comentaba que en su opinión mantener una duración negativa es una mala idea porque es ir en contra del Banco Central Europeo. Apeló al conocido dicho “Don´t fight the Fed”, “no luches contra la Reserva Federal” para defender que ir en contra del banco central históricamente no ha sido una estrategia de inversión que haya salido bien. Debemos diferenciar el corto y el largo plazo. Respondí.

No suben los activos de mayor valor, si no los más beneficiados por la política monetaria

Han pasado solamente 6 meses desde la última subida de tipos de la Reserva Federal. En esa reunión, la Fed indicó que tenía intención de seguir subiendo tipos en 2019. El mercado esperaba entonces 2 subidas adicionales para este año, frente a las 4 realizadas el ejercicio pasado. El BCE, por su parte, anunciaba que primero empezaría a subir tipos y después reduciría el tamaño de su balance. La primera subida se esperaba para finales de este año.

Culparemos al BCE del próximo ajuste presupuestario

Si le ofrecieran un préstamo a 5 años con un tipo de interés negativo ¿lo cogería? Tendría que devolver menos dinero del que recibe y además la inflación iría a su favor, situándose probablemente entre el 1% y 2% anual. Pues bien, esta es la oferta que hace hoy el BCE a los gobiernos de la eurozona Con semejante proposición, ¿qué debemos esperar que hagan nuestros políticos? Lo ven desde tres puntos de vista: Primero, tienen hoy más dinero disponible para gastar porque los intereses de la deuda vigente, al renovarse a su vencimiento pasan de suponer un gasto a convertirse en un ingreso.